miércoles, 30 de mayo de 2012

Luces y sombras en la seguridad del paciente


En el año 2.008, Jesús Aranaz y un conjunto amplio de colaboradores publicaba un capítulo del informe SESPAS sobre las luces y sombras de la seguridad del paciente.

De él, hemos extraído estos puntos más relevantes:

El estudio sobre la frecuencia de los efectos adversos (EA) ligados a la asistencia, su efecto en los pacientes y el impacto en los sistemas de salud ha experimentado un intenso impulso en los últimos años. El análisis individual profundo de sus factores contribuyentes ha permitido el desarrollo de múltiples estrategias para prevenirlos o minimizar su impacto, pero es necesaria una perspectiva epidemiológica para explorar estas posibles asociaciones y generalizar las recomendaciones que se deriven de este análisis.

Algunos de los aspectos que se deberían tener en cuenta para el desarrollo de estrategias futuras, como la importancia de la edad o las comorbilidades del paciente en la génesis de los EA y el alto grado de la instrumentalización de la asistencia (a veces innecesaria).

Son imprescindibles una cultura de confianza y confidencialidad y un espíritu de colaboración entre las organizaciones para poder compartir y aprender de las iniciativas derivadas del estudio de los EA, y así mejorar la seguridad de los pacientes en el Sistema Nacional de Salud.


Eso se puede concretar en :

  1. Cambio de una cultura punitiva, basada en la culpabilización de los errores, a otra proactiva, más encaminada a la mejora del sistema y el aprendizaje a partir de fallos y errores.
  2. Desarrollo del conocimiento de la magnitud, trascendencia y posibilidades de prevención de los EA, basados en sistemas de notificación y registro, seguimiento de indicadores de seguridad y en sistemas tradicionales de vigilancia ya establecidos (infecciones nosocomiales, problemas relacionados con el uso de medicamentos…).
  3. Análisis y gestión del riesgo clínico, incluida tanto su evaluación a priori en determinados procesos o servicios mediante ciertas técnicas, como el análisis detallado de los EA, una vez se han producido, mediante procedimientos como el análisis de causas raíz o el estudio pormenorizado de incidentes o similares
De todo ello, planteamos que el papel del paciente (y mejor si lo es de un paciente formado e informado, paciente activo, paciente experto) puede ser importante para avanzar en ello, aspecto que no siempre es tenido en cuenta.


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